El 21 de mayo de 2024, Thais Herrera logró escalar la cima del Monte Everest, convirtiéndose así en la primera mujer dominicana en conseguir esta hazaña.
Este logro la coloca en la historia al lado de Iván Gómez y Karin Mella, quienes son los únicos dominicanos que han alcanzado los 8,849 metros de la montaña más alta del mundo.
Sin embargo, detrás de este logro deportivo hay mucho más que una simple fotografía en la cima. Thais es madre, empresaria, conferencista, defensora del medio ambiente y una mujer que ha aprendido a vivir –y a escalar– a su propio ritmo.
“No soy la más rápida, pero posiblemente soy la que sube con mucho corazón y sensatez. A veces se nos olvida que en la vida debemos avanzar a nuestro propio ritmo”, comenta con una sonrisa tranquila, la misma que la ha llevado a lo más alto del planeta.
Desde su infancia, su conexión con la naturaleza fue clara. Apasionada del mar y defensora del medio ambiente, no fue una sorpresa que decidiera ser Scout. Su historia con las montañas comenzó más tarde, casi de forma accidental, cuando en 2011 acompañó a un grupo de escaladores al Pico Duarte. “Me dijeron: ‘Tienes perfil de montañista’. Así que decidí comprobarlo. Resultó que sí, y me fascinó”.
Desde entonces, no ha cesado de escalar. Ha conquistado las Siete Cumbres: Everest en Asia; Aconcagua en América del Sur; Denali en América del Norte; Kilimanjaro en África; Monte Elbrus en Europa; Monte Vinson en la Antártida, y Puncak Jaya o Monte Carstenzs en Oceanía. Además, ha completado seis triatlones Ironman Full, un logro que pocos pueden conseguir.
Aunque el alpinismo ha hecho conocido su nombre, Thais aclara que no define toda su vida. “Mi carrera es ser madre, empresaria, hija… escalar montañas es solo una parte, quizás la más visible, pero no la más complicada”.
Es fundadora de Asertiva RD, una empresa con 19 años de trayectoria que se dedica a diseñar experiencias formativas para mejorar las habilidades blandas de los equipos de trabajo, muchas veces en entornos naturales como las Dunas de Baní.
Su faceta empresarial está estrechamente ligada a su filosofía de vida: formar líderes, desarrollar talentos y fortalecer equipos con propósito. Y aunque el éxito a menudo se mide a través de objetivos alcanzados, para Thais tiene un significado diferente: “El éxito está relacionado con sentir paz, con el equilibrio entre la familia, la salud, las finanzas, el trabajo y los sueños. Todo eso hay que nutrirlo día a día”.
Más allá de las montañas y las oficinas, su compromiso con el medio ambiente es palpable. Participa en proyectos de reforestación, colabora como voluntaria en Fundemar en la restauración de corales y promueve prácticas ecológicas de bajo impacto en cada una de sus expediciones.
Inspirar no fue su objetivo desde el principio, pero ha llegado a ser una consecuencia natural de su forma de vivir. “Al inicio, me costaba aceptar que podía tener un impacto en los demás. Ahora lo asumo con responsabilidad y agradecimiento. Si alguien toma una decisión positiva porque escuchó algo que dije, eso es un verdadero regalo”.
En sus charlas, su propósito es infundir ilusión. “No importa la edad. Si tienes un sueño y trabajas en él con pasión, puedes alcanzarlo”, afirma con firmeza. Ella misma empezó a soñar con escalar montañas a los 40 años. Hoy, se enorgullece de contar que su madre, de 82 años, entrena en el gimnasio.
Por el momento, Thais sigue compartiendo su historia, inspirando a otros y enseñando que la cima más alta es aquella que se conquista con propósito, calma y alma.
El 21 de mayo de 2024, Thais Herrera logró alcanzar la cima del Monte Everest, convirtiéndose en la primera mujer dominicana en hacerlo. Un logro que la coloca en la historia junto a Iván Gómez y Karin Mella, los únicos dominicanos que han conquistado los 8,849 metros de la montaña más alta del mundo.
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